SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS

CUANDO LA IGNOMINIA ELECTORERA SIGNA INCIERTO FUTURO ENTRE LAS MASAS

Félix Morriña

 

Amanece nublado con amenaza de tormenta. La inercia no permite dormir más. Veo intenso cielo gris cayendo sobre nuestros amorfos cuerpos. Sensación de estar en medio de una catástrofe natural, como sociopolítica, económica y cultural. Mientras el café intenta calentar la existencia, llueve de manera torrencial durante la eternidad que encierran 60 minutos.

Cuesta salir de casa, espacio que se extraña de no tenerte más tiempo. El hogar extraña mi presencia, como yo la tuya, en esencia y cuerpo. Los discos y libros viven en el polvo. Mi espacio sideral se convirtió en ausencia por el laburo. Huele a incertidumbre. Huele a vacío.

La gente del Valle de Toluca camina de manera autómata. ¿Día triste? ¿Para quién? Rara sensación de muerte se respira en el nostálgico entorno. ¿Quién murió? ¿La democracia? ¿Acaso existe? Es un día muy especial, porque en estos lares no se respira, ni se vive un clima en extremo frío y lluvioso, mucho menos de certezas que nunca llegarán. Lo cierto es que no se le ve a la gente ánimo alguno. Las noticias escupen dudosos triunfos, recogen expresiones e impresiones diversas sobre las elecciones en Nayarit, Veracruz, Coahuila y el Estado de México, en éste último, el domingo 4 de junio antes de terminar el día, anunciaron las autoridades del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), que ganaba el priista Alfredo del Mazo Maza con el conteo preliminar.

Tras la intensa jornada político electoral vivida, no sólo el domingo 4 de junio, sino los dos meses previos recorriendo gran parte del Estado de México, este “servibar y amigo” trató de apreciar y captar lo que la población sentía sobre esta contienda y sobre estos resultados preliminares. La verdad, no logré asimilar nada entre las masas, tras horas de caminar al lado de ellas, ese triunfalismo partidista. Es más, a lo largo de las campañas, tampoco pude apreciar esa supuesta simpatía por el partido en el poder. Puras simulaciones.

Gracias a la experiencia, sabía que eso iba a pasar, pero deseaba captar más el primigenio e ignorante razonamiento del electorado mexiquense, mexicano. Poco a poco el electorado mexiquense se incrementa, pero no es suficiente. Nada lo es. El abstencionismo, el hartazgo y la indiferencia sumergen toda posibilidad de cambio. Luego de años de no visitar varios municipios de la zona conurbada, de no recorrer a pie la zona salvaje, me di cuenta que todo ha empeorado y la raza se acostumbró a vivir en la ignominia, en la decadencia, en la distopía. La raza se adapta a la vida amorfa con facilidad.

Más allá de analizar bien a cada candidato, ninguno cubría el perfil, ni los tamaños para modificar la realidad mexiquense. De hecho, no existe ninguno que la resuelva, ni gobierno de los tres niveles que esté dispuesto a cambiarla, sino todo lo contrario. Estamos condenados a vivir de manera dantesca cualquier horror social. No hay solución, salvo irse de aquí, del país. ¡Sálvese el que pueda!

Todos ganaron para sus causas, pero ninguno abonó a pensar resolver la terrible carente calidad de vida en un estado de más de 16 millones de habitantes. Del Mazo Maza gobernará con el mínimo de seguidores votantes y con el rechazo generalizado. Sus propuestas no son viables para esa inmensa mayoría. Cuando uno ve esa espantosa delincuencial amorfa mancha gris urbana, suburbana y rural de la entidad mexiquense, en específico en el Valle de México, zona conurbada, dan náuseas y ganas de exterminarla. Es en serio. No hay solución. No la veo.

Ni la que quedó en segundo lugar, Delfina Gómez Álvarez (Morena); ni el tercero en manos de Juan Zepeda Hernández (PRD); mucho menos la cuarta posición de Josefina Vázquez Mota (PAN), ni los apenas visibles Óscar González Yáñez (PT) y la independiente Teresa Castell, podrían vivir las atrocidades de esos millones de habitantes de Nezahualcóyotl, Ecatepec, Texcoco, Tlalnepantla, Naucalpan, Atizapán, Cuautitlán Izcalli, Cuautitlán, Tultepec, ¡vamos!, toda la zona conurbada, zona metropolitana, zona de la distopía. No podrían solucionar nada, porque desconocen por completo esa realidad generalizada. Sólo se dedicaron a manifestar sus logros locales y esos no encajan en los estatales. Pura demagogia.

Como colofón quisiera compartir para este raro día lunes 5 de junio, día de la resaca mexiquense; día en la que ganó la enfermiza clase política y perdió todo el electorado estatal; una canción de la banda punk ibérica Eskorbuto, para acompañar el incierto futuro que nos deparan los próximos seis años en el Estado de México. Como siempre, deseo fervientemente equivocarme. ¡Hasta la próxima!

“Historia Triste”: “Pasan los años,/ pasa tu vida,/ pasan los meses,/ pasan tus días,/ pasan las horas,/ también los minutos,/ ¡este puede ser tu último segundo!/ ¡Uoooo! Historia triste/ ¡Uoooo! Historia histórica,/ ¡Uoooo! Historia final./ Una mañana,/ muy temprano,/ de tus sueños despertarás,/ no lo sabrás,/ este es tu día…/ ¡Vas a morir!/ ¡Uooo! Historia triste…”.

 

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OP

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