Tolentino vendía pastillas de fentanilo, se presentó un video en el que aparecía una gran presa de píldoras que escupía pequeñas pastillas azules conocidas como M30. Aparentemente el plan era prensar las píldoras en Nueva York y no en México.
Supuestamente se envió un video a Tolentino en el que parecía un camión en una carretera y de fondo sonaba un narcocorrido. “Esa canción indicaba lo que estábamos haciendo, trayendo drogas de Culiacán a Nueva York”.
En otro momento Don Manuel habría llamado a Tolentino para dedicarle una canción de Antonio Aguilar. Sin embargo, no se revelaron los nombres de las canciones.
A través de una llamada conoció a “Iván, hijo del Señor”, en posible referencia a El Chapo Guzmán. Y no lo reconoció, por lo que se sintió avergonzado.
Los fiscales mostraron fotografías de dinero en efectivo y drogas vinculadas a Tolentino. Según se reportó su contacto era identificado como Don Manuel o Sinaloa Manuel, aparentemente un socio de Iván Archivaldo Guzmán, hijo de El Chapo Guzmán.
Luego de los testimonios de El Futbolista, acudieron testigos policiales y por su parte los fiscales llamaron a Héctor Tolentino, ex jefe de una pandilla de Nueva York que se dice recibía drogas del Cártel de Sinaloa.
La defensa de García Luna no interrogó a Héctor Tolentino y no estará presente en el juicio del lunes.
Matthew Coleman, agente de la DEA, se presentó como tercer testigo de la defensa. Al igual que Hornedo, comentó ante el jurado los decomisos de droga en Nueva York entre 2002 y 2003, cuando las sustancias ilícitas eran traficadas por Tirso Martínez.
Otro testigo de la defensa de García Luna, representada por el abogado César de Castro, se presentó en la Corte de Brooklyn. Se trata de un agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), identificado como Jamal Hornedo.
El agente hizo mención de los decomisos de droga en los que participó cuando estaba en Nueva York. Uno de ellos ocurrió en 2022, cuando los narcóticos eran traficados por El Futbolista, indicó.
En el juicio contra García Luna se presentó el tercer testigo (el primero de carácter policial). Se trata de un expolicía de Chicago identificado como Ernest Caín, quien fue asignado a la división antinarcóticos, donde permaneció por más de 10 años.
Ernest hizo referencia a un decomiso de droga en Chicago que había sido mencionado por El Futbolista. Eran alrededor de mil 900 kilos de cocaína.