AL MENOS 50 MUERTOS POR ATAQUE QUÍMICO EN SIRIA

*Trump sopesa una respuesta militar al ataque

(Agencias)

Damasco, Siria, 08 de abril de 2018.- Al menos 50 personas, según la Sociedad Médica Sirio-Americana y el grupo de rescate de los Cascos Blancos , han muerto este sábado por un presunto ataque con armas químicas en la región de Guta este, la única bajo control rebelde dentro de la provincia de Damasco.

Otras organizaciones opositoras elevan la cifra de muertos en más de 150: «La escena era horrible. Muchísima gente se ahogaba», ha explicado un miembro de los Cascos Blancos a la agencia AFP.  «La mayoría eran mujeres y niños y morían al instante. Nunca había visto nada igual», ha añadido. Al menos 500 personas han sido atendidas con síntomas del gas venenoso.

Según esta organización, el ataque tenía como objetivo una zona residencial llena de subterráneos, donde los civiles de Guta llevan meses escondiéndose de los bombardeos . Al ser más pesado que el oxígeno, el gas queda atrapado en los refugios. «Después del ataque químico, los bombardeos han continuado encima del hospital que recibía a los afectados», ha dicho en un comunicado la Sociedad Médica Sirio-Americana. Médicos Sin Fronteras (MSF), en múltiples ocasiones, también ha acusado el régimen de Damasco de atacar sus hospitales en Guta.

Esta provincia, de unos 400.000 habitantes,  lleva siendo bombardeada y asediada por el régimen de Bashar el Asad desde enero, cuando el presidente sirio empezó una ofensiva militar aérea y terrestre para capturar la región. Desde entonces, a causa de los bombardeos de Damasco y de su aliada, Rusia, han muerto 1.600 civiles.

La región —y muchas otras, como Idleb — ha sido atacada ya en múltiples ocasiones con armas químicas. Naciones Unidas, que ha investigado los casos, siempre ha concluido que el responsable de estos sucesos es Asad; pero el régimen siempre lo ha negado. Esta vez ha hecho lo mismo. «Son todo noticias falsas, fabricadas por Jaish al Islam en Duma -la ciudad donde ha ocurrido el ataque-. Esta facción está preparada para inventarse el uso de armas químicas para acusar al Ejército sirio», ha dicho este domingo en un comunicado el Gobierno de Damasco.

Jaish al Islam es, en la actualidad, la última milicia opositora que queda en Guta. Asad, gracias a esta última ofensiva militar, ya controla el 95% de la región. Hace una semana, con Jaish al Islam cercada en Guta, Rusia declaró un alto el fuego en la región. Así, empezaron a negociar con la milicia para que ésta abandonara las armas y fuese trasladada al norte, a Jarabulus, una zona controlada por la oposición bajo la protección y tutela de Turquía.

Pero el pasado viernes las conversaciones entre Rusia y Jaish al Islam se rompieron y Damasco, desde entonces, ha vuelto a atacar Duma. En estos dos días y sin contar el presunto ataque químico han muerto por bombardeos y ataques con barriles incendiarios 130 civiles, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH).

Este domingo, sin embargo y según la agencia estatal de noticias siria, SANA, Rusia y Jaish al Islam han llegado a un acuerdo. En 48 horas, sus combatientes, los familiares de los milicianos y los civiles que lo deseen abandonarán la ciudad de Duma hacia Jarabulus. A cambio, Jaish al Islam liberará a 3.500 soldados leales a Damasco, según el Observatorio Sirio.

TRUMP SOPESA UNA RESPUESTA MILITAR AL ATAQUE QUÍMICO

Mientras tanto, Estados Unidos no descarta una intervención militar para responder al presunto ataque químico que ha dejado al menos 49 muertos, entre ellos muchos niños y mujeres, en Douma, un suburbio a las afueras de Damasco. Así lo ha dicho el asesor de seguridad de la Casa Blanca, Thomas Bossert, en una entrevista en televisión. El ataque se considera una afrenta directa a las posiciones de la Administración y su advertencia de que no tolerará el empleo de armas prohibidas por el derecho humanitario. El presidente Donald Trump ha denunciado esta última “atrocidad” y ha acusado personalmente a Vladimir Putin y a Irán de “respaldar al animal Asad”, en alusión al presidente sirio Bashar al Asad. Su Departamento de Estado ha dicho que Rusia tiene la “responsabilidad última” de lo ocurrido y Trump ha advertido que los responsables pagarán “un precio muy alto”.

El ataque llega solo unos días después de que el líder estadounidense hubiera expresado su intención de retirar “muy pronto” a sus 2.000 soldados de Siria, dando prácticamente por finiquitada una guerra en la que Washington se ha centrado en destruir a los yihadistas del Estado Islámico. La nueva vuelta de tuerca podría alterar al menos a corto plazo las intenciones del presidente, cuyas prisas para salir de Siria chocan con los planes de los militares. “Muchos muertos, incluidas mujeres y niños, en un ataque químico sin sentido”, ha escrito Trump en Twitter.

“El presidente Putin, Rusia e Irán son responsables de respaldar al animal Asad. Pagarán un precio muy alto”, ha dicho antes de decirse “asqueado” por lo sucedido. Es muy poco habitual que Trump critique públicamente a su homólogo ruso, aunque su Administración no deja de tensar la cuerda para castigar al Kremlin por sus injerencias en las pasadas elecciones estadounidenses. Esta misma semana el Tesoro sancionó a siete oligarcas rusos, 17 altos funcionarios y 12 empresas por su relación con las “actividades desestabilizadoras” de Moscú.

Hace ahora un año Trump ordenó un ataque con misiles Tomahawk contra una base militar siria en represalia por un ataque con gas sarín que mató a unas 80 personas en Khan Sheikhoun. Una investigación de la ONU atribuyó el crimen al Gobierno sirio. “Es vital para los intereses de la seguridad nacional de EE UU prevenir y disuadir la propagación y uso de armas químicas”, dijo por entonces el mandatario estadounidense. Su predecesor, Barack Obama, había amagado cuatro años antes, cuando se negó en última instancia a responder a la “línea roja” que el mismo había trazado, tras un ataque químico en Ghouta oriental, la misma región donde se ha producido este último.

El Gobierno sirio ha vuelto a negar esta vez cualquier responsabilidad en la fechoría que, según los Cascos Blancos sirios, ha asfixiado hasta la muerte a decenas de personas. El régimen sostiene que ha sido “fabricado” por el llamado Ejército del Islam, la facción que controla el sector oriental de la región de Ghouta y que trata de resistir las embestidas del ejército de Asad, apoyado por la aviación rusa y las milicias proiranís.

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