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¿ARDE EL PAÍS?

ORDENADOR POLÍTICO 30 de marzo de 2023

*La muerte de los migrantes será el signo del régimen
*Aún cuando se deslinden responsabilidades del hecho
*Mientras el país se debate en profundas confrontaciones
*Acaso AMLO es «el corcho» pegado a la botella

Luis Alberto Rodríguez

Da pena y hasta muina ajena, tener que opinar acerca de las ineficacias de nuestro inefable sistema político mexicano y en especial de las correspondientes al actual régimen encabezado por nuestro “amado” presidentito ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.

En medio del escándalo internacional que ha provocado la muerte de por lo menos 39 migrantes en el incendio de un “albergue” de Ciudad Juárez, nadie puede negar que tan lamentable hecho se ha convertido en pocos días en el verdadero símbolo histórico que por siempre ostentará la presente administración federal.

Tan ominoso símbolo del actual gobierno no lo conjurará siquiera el deslinde de responsabilidades que prometiera la Coordinadora del Gabinete de Seguridad, ROSA ISELA RODRÍGUEZ -que desde luego comenzará con responsabilizar a los inmediatos custodios que dejaron encerrados a los migrantes en el incendio- o hasta incluso llegar al nivel del titular del Instituto Nacional de Migración FRANCISCO GARDUÑO o del contralor responsable de abrir o no las rejas, SALVADOR GONZÁLEZ GUERRERO, si no se reconoce el fracaso de la actual política migratoria mexicana determinada por las exigencias de nuestro país vecino del norte por contener las olas migratoria que hacia él se dirigen.

Pero lo importante son las evidencias de que los hechos en el albergue-cárcel de migrantes de Chihuahua han profundizado y extendido a nivel nacional la división y confrontación social que ha inducido y promovido el discurso presidencial de LÓPEZ OBRADOR desde el podio de sus conferencias “mañaneras”, al grado de incendiar la vida política y social del país.

Tan profundo nivel de confrontación muestra ahora niveles que pudieran compararse con los mostrados en la célebre película titulada en 1966 ¿Arde París? del realizador RENÉ CLÉMENT y con estrellas cinematográficas como JEAN-PAUL BELMONDO, CHARLES BOYER, ALAIN DELON, KIRK DOUGLAS o GLEN FORD -la que narra la liberación de París de las tropas nazis durante la Segunda Guerra mundial-.

Tras el escándalo del albergue-prisión de Ciudad Juárez los mexicanos bien podemos preguntarnos ¿Arde el País?, porque es evidente que los niveles de confrontación política y social no van a concluir en los enfrentamientos verbales y hasta groseros entre diputados y senadores al Congreso “de la unión” sobre el mismo tema y que mostraron la división incluso del grupo mayoritario de legisladores del partido MORENA que llegaron al extremo de votar en contra de la propuesta de su “coordinador” parlamentario, RICARDO MONRREAL, de llamar ante el Pleno a comparecer a los dos Secretarios entre quienes se reparte la responsabilidad institucional de tan afrentoso acontecimiento: del secretario de Gobernación, ADÁN AUGUSTO LÓPEZ y del de Relaciones Exteriores, MARCELO EBRARD.

Mientras la indignación internacional crece contra nuestro país tras el nefasto hecho, a su interior, las fuerzas políticas y sociales en pro o en contra del actual “gobierno” también se polarizan más aún, atizonadas por la perorata presidencial mañanera que ha llegado a la ignominia de culpar casi exclusivamente a los migrantes que para su desgracia iniciaron el incendio que los llevara a su muerte.

Si el Gobierno de la República no acierta a reconocer que el lamentable hecho no fue producto de un fortuito acto de protesta de esos migrantes ante la amenaza de su deportación, sino de un complejo entramado de omisiones y carencias que desde hace años caracteriza a la política migratoria de nuestro país, especialmente a raíz de la exigencia de nuestro poderoso país vecino del norte de imponer restricciones a las olas migratorias, cabe esperarse que las confrontaciones sociales se multipliquen, no solamente en ese tema, sino en otros aspectos asaz preocupantes de la vida nacional, como el que ahora impera respecto al sistema electoral del país y a las evidentes pretensiones del actual gobierno de controlarlo, como es tema que merece análisis especiales.

Un ingrediente que ha influido sin duda en el clima de confrontación nacional imperante lo es sin duda la “estrategia” del jefe del Ejecutivo federal de adelantar los tiempos electorales con el “destape” de los posibles candidatos a sucederlo en la Presidencia de la República, a los que alegóricamente denominó sus “corcholatas” como ha nombrado a la jefa del gobierno de la Ciudad de México, CLAUDIA SHEIMBAUM; la Secretario de Relaciones exteriores, MARCELO EBRARD o al Secretario de Gobernación, ADÁN AUGUSTO LÓPEZ, éstos dos últimos quienes se reparten responsabilidades por el lamentable incidente de Ciudad Juárez.

De manera que entre el deslinde de responsabilidades por la muerte de los migrantes, los múltiples problemas que presenta el país en temas nodales como la seguridad y el narcotráfico, la creciente inflación y la carencia de suficiente empleo o los problemas del transporte y otros, el país parece ya arder en un incendio que el actual régimen se muestra prácticamente incapaz de contener.

No será suficiente contra ello que sus incondicionales sigan justificando los errores y omisiones de la administración de LÓPEZ OBRADOR, o lleguen a extremos de recordarle el “amor de su pueblo” en una suerte de “oda” a una de sus obras insignias, como lo es el llamado Tren Maya, como lo hizo la ridícula gobernadora de Campeche, la controvertida “cabeza de cerillo” La-ida Sansores.

Y ya que mencionamos a las llamadas “corcholatas” presidenciales, es conveniente recordar que a uno de los personajes de una de nuestras más reconocidas comediantes -cuyo nombre no quiero mezclar con los que aquí se mencionan- le apodaban “la corcholata”, justamente porque “o estaba pegada a la botella o estaba tirada en el suelo”.

Se comenta ahora que a las llamadas “corcholatas” presidenciales, así les llamó nuestro presidentito precisamente porque “o están pegadas al presupuesto o tiradas en descrédito popular”.

Y si de nombrar con algún mote al presidente LÓPEZ OBRADOR se tratara, sugeriría yo el del “corcho”, porque “hasta que se le saca de la botella -del gobierno- puede disfrutarse de su contenido”.

Mientras tanto, el país continuará ardiendo en sus contradicciones y confrontaciones.

Qué pena.

 

 

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