De acuerdo con los primeros informes de las autoridades, el principal sospechoso de los disparos, supuesto ciudadano árabe, conducía una motocicleta armado con un fusil de asalto y su cuerpo fue encontrado en una calle cercana. Otra persona fue arrestada por su posible colaboración con el supuesto tirador, informa el diario ‘Jerusalem Post’.
El incidente comenzó cuando el individuo comenzó a disparar contra lo balcones de las casas y los ciudadanos que se encontraban en la vía pública. Según fuentes de la investigación, se sospecha que el autor de los disparos es un palestino residente en la Cisjordania ocupada.
El portavoz de la Policía de Israel, Eli Levy, y el alcalde de Bnei Brak, Avraham Rubinstein, pidieron a los vecinos de las áreas donde se han registrado los disparos que se mantengan en sus hogares tanto como sea posible. Mientras tanto, el primer ministro, Naftali Bennett, anunció la celebración de una reunión de emergencia con los ministros de Defensa y Seguridad Pública, el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, el comisionado de Policía, entre otras autoridades.
Bnei Brak es una ciudad judía ultraortodoxa en las afueras de la capital comercial de Israel.
La semana pasada, un ciudadano árabe de Israel mató a cuatro personas en un apuñalamiento y embestida de automóvil en la ciudad sureña de Beersheba, antes de que un transeúnte lo matara a tiros. Las autoridades israelíes dijeron que era un simpatizante del Estado Islámico.
El domingo, cuando se convocaba una cumbre árabe-israelí en el sur de Israel, un agresor árabe, residente de una ciudad en el norte del país, disparó y mató a dos policías en Hadera, una ciudad a unos 50 km (30 millas) al norte de Tel Aviv. Otros oficiales le dispararon y lo mataron. El Estado Islámico se atribuyó la autoría del ataque de Hadera.