¡EL ENEMIGO SON LOS ANTIVACUNAS!: JOE BIDEN
«Este es mi mensaje para quienes aún no se han vacunado: ¿Qué más hay que esperar? ¿Qué más necesitan ver? Hemos conseguido que las vacunas sean gratuitas, seguras y convenientes. La vacuna cuenta con la aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos). Más de 200 millones de estadounidenses se han vacunado al menos una vez. Hemos sido pacientes, pero nuestra paciencia se está agotando. Y su negativa nos ha costado a todos», afirmó en una rueda de prensa llena de reproches y de anuncios de medidas draconianas.
Así pues, Biden anunció una batería de medidas para forzar la vacunación contra la COVID-19 de decenas de millones de estadounidenses: si no se vacunan serán sancionados o perderán sus contratos o empleos todos los funcionarios del Gobierno federal, los contratistas que trabajen con el Ejecutivo y las compañías que tengan 100 o más empleados, aunque estos últimos pueden esquivar la vacunación presentando un test negativo al menos una vez por semana… Estas medidas afectan a más de 100 millones de personas.
El presidente estadounidense ha prometido también plantar batalla a los políticos republicanos que han intentado prohibir los mandatos de mascarillas o vacunas en las escuelas. Los apartará «del camino», advirtió.
También pidió cooperación a los gobernadores, ya que la situación es muy desigual dependiendo de los estados: preocupa el sur del país y en especial territorios con bajos niveles de vacunación, como Luisiana, Alabama o Misisipi.
En este contexto, Los Ángeles se ha convertido en el ejemplo nacional al obligar a vacunarse a todos los alumnos mayores de 12 años si quieren asistir a clase, una decisión muy criticada, pero también alabada…
Y es que en las últimas semanas, Estados Unidos ha retrocedido meses en la lucha contra la pandemia, registrando más de 150 000 nuevos casos diarios y más de un millar de muertes por COVID-19 cada 24 horas. A día de hoy, solo un 53’3% de los estadounidenses ha recibido la pauta completa de las vacunas. Muy lejos del porcentaje necesario para alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño, cuyo umbral no deja de subir y ahora rondaría el noventa por 90% de la población.