EXPONEN OBRAS DE JOSÉ LUIS CUEVAS A UN AÑO DE SU MUERTE

Ciudad de México, 27 de agosto de 2018.- José Luis Cuevas, el enfant terrible del arte mexicano, tuvo una obsesión desde pequeño: dibujarse a sí mismo. Con plumilla y tinta, se retrataba como Picasso, con su mismo estilo y técnica, o como un “personaje de cine negro”, con un rostro oscuro y misterioso.

Sus primeros autorretratos, así como una serie especial dedicada a los personajes de Franz Kakfa se exhiben en Desde el Origen 1940-2010, en el Museo José Luis Cuevas, el cual, a través de esta muestra, rinde homenaje al artista plástico, a un año de su muerte y celebra los 26 años de vida del recinto cultural, la otra casa de Cuevas.

Sobre sus obras tempranas, Cuevas decía: “mis autorretratos surgen a los 11 años, cuando me diagnosticaron la fiebre reumática, durante un año estuve en cama, frente a la cual tenía un espejo. En ese momento tomaba lápiz y comenzaba a trazar; esto es algo que hago todos los días desde entonces”.

De acuerdo con Manuel Alegría Terrón, curador de la muestra, “el maestro Cuevas siempre hizo autorretratos porque le gustaba ver el paso del tiempo en su rostro”.

Destaca una serie de dibujos en tinta titulada Los monstruos, en la cual dibujó personajes marginales, como la obra “Niña paralítica” (1954). “Catálogo del crimen, paraíso de la deformación, resumen de todas las caras concebibles del hombre”, se lee en un texto de Mario Vargas Llosa que acompaña la serie.

De Picasso, también sobresale una serie de autorretratos y dibujos que realizó en su honor, “el maestro Cuevas siempre tuvo influencia del español, por ello pusimos la obra “Hombre en caja”, la cual refleja toda su reminiscencia”, dijo Alegría.

Fascinado con el mundo literario, Cuevas se inspiró en personajes de Franz Kafka, en la serie Metamorphosis, una decena de grabados, algunos de ellos inéditos, retrata su visión particular sobre Gregorio Samsa.

También se exhibe una serie de cartas y dibujos titulados “Durante las conversaciones con Teodoro Césarman” (1980), los cuales están dedicadas al poeta y cardiólogo mexicano, amigo de Cuevas, que murió en el 97.

Las fotografías que se exponen son de Rogelio Cuéllar, quien lo retrató en su estudio varias veces, los textos que acompañan la exhibición estuvieron curados por la crítica de arte Raquel Tibol, la muestra estará abierta al público hasta el 6 de noviembre.

“Esta exposición es un homenaje a Cuevas. Se trata de una revisión desde los años 40 y hasta el 2000, es un panorama bastante considerable de la producción del artista, un retrato íntimo en su museo”, dijo Javier Vázquez Juárez, también curador de la muestra.

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