ORDENADOR POLITICO

*Nada “inteligente” la opinión de Eruviel
*Al justificar la visita de Trump a México
*Cuando apenas era candidato estadunidense
*Y que fue un gran error del Estado mexicano

Luis Alberto Rodríguez

La aunque tardía pero muy conveniente aprobación que el Gobernador ERUVIEL ÁVILA VILLEGAS externó ante medios el fin de semana de la todavía aberrante visita a nuestro país del hoy presidente electo de Estados Unidos, el controvertido DONALD TRUMP, a invitación del gobierno mexicano, cuando aún era apenas candidato sin visibles posibilidades de triunfo, no sólo se antoja una expresión oportunista del mandatario mexiquense, sino claramente reveladora de su condición lejana a lo que pudiera ser un verdadero estadista.

No solamente las críticas demoledoras que en ese entonces se multiplicaron sobre el gobierno del Presidente ENRIQUE PEÑA NIETO por la infortunada invitación del candidato DONALD TRUMP a nuestro país, con un recibimiento digno de jefe de estado cuando aún no lo era –y aún no lo es-, en un momento clave de declive visible de su campaña y que por ello fue considerado como un indebido apoyo del gobierno mexicano a esa figura y algunos interpretan fue determinante para su ulterior y reciente triunfo electoral; hubieran sido razones suficientes como para que el mandatario mexiquense se abstuviera de manifestar opiniones al respecto, sino la lógica del más elemental sentido común lo hubiera sido.

Pero no: una vez confirmado el triunfo de DONALD TRUMP en la elección estadunidense, ERUVIEL ÁVILA se apresuró apenas el fin de semana a propagar en medios de comunicación su opinión de que la visita en plena campaña electoral del que será mandatario de ese país del norte a inicios del próximo año,  fue una decisión “inteligente” del Presidente PEÑA NIETO y con ello avalar la gestión que se le atribuye al que fuera secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno federal, LUIS VIDEGARAY CASO, cuya salida del gabinete presidencial mexicano se interpreta obedeció sin duda a ese craso error.

De manera que ahora, acomodaticiamente, el gobernador mexiquense intenta reposicionarse en el ánimo del Presidente PEÑA NIETO, defendiendo a destiempo –pero ya con el triunfo de TRUMP a la vista-, un error histórico que marcará por siempre al gobierno y al Estado mexicano, como fue el de inmiscuirse activamente en un proceso electoral de otro país.

No sin lógica se considera que la salida de LUIS VIDEGARAY CASO del gabinete del Presidente PEÑA NIETO obedeció en automático a su atribuida autoría en tan “inteligente” acto oficial, sino como una forma insuficiente de este gobierno federal justificar su histórico dislate.

Así fuera que el gobierno peñista anticipó con bases el triunfo de TRUMP –lo que es dudoso-, como representante del Estado mexicano, jamás debió intervenir en un proceso electoral que le era ajeno y con ello comprometer a todo el país en sus resultados.

Para muchos, el desplante del gobierno mexicano de recibir como jefe de Estado al entonces apenas candidato, influyó en mucho para revitalizar la figura electoral de TRUMP y por ende en su final triunfo contra la demócrata HILLARY CLINTON, a pesar de los pronunciamientos que especialmente contra los mexicanos expresara el hoy presidente electo.

Lo peor es que la visita de TRUM  a México no sirvió para que el representante del Estado mexicano en ese momento y en la residencia presidencial, de alguna manera le reclamara explícitamente tales pronunciamientos negativos contra los mexicanos, sino meramente para mostrar una actitud sumisa y hasta concesionaria frente al entonces sólo candidato.

A todas vistas se trató de un error histórico del Estado mexicano frente a esa potencia extranjera y ahora con el triunfo electoral de TRUMP no sería extraño que esa actitud de avasallamiento se extendiera a futuro sin ninguna cortapisa.

Y tal actitud de avasallamiento comienza ya a establecerse abiertamente con las acomodaticias opiniones del Gobernador mexiquense tras el triunfo del estadunidense al tratar de justificar como “inteligente” un hecho histórico que a todas luces resultará aberrante para el país.

Porque no con las cortesanías palaciegas que la clase política mexicana acostumbra a su interior -ahora extendidas hacia el próximo gobierno estadunidense- se podrá evitar que las previsibles políticas públicas negativas que adopte TRUMP ya como presidente en contra de nuestro país y los mexicanos en ese y fuera de su territorio, podrán disminuirse, sino por el contrario, agravarse, al parecer con el aval anticipado de los gobernantes mexicanos.

SI el mexiquense ERUVIEL ÁVILA estima que con tales actitudes se está forjando un futuro promisorio en la política mexicana, seguramente se enfrentará al repudio de las grandes mayorías populares de este país, que como todos los sectores, contemplan con preocupante incertidumbre el arribo a la presidencia de Estados Unidos, por definición el mayor socio comercial de México y receptáculo de millones de migrantes que ahora son amenazados con su deportación como indocumentados.

La opinión del gobernador del Estado de México muestra no solamente su escasa o nula visión como verdadero estadista sino también su intención de así justificar una posible –y ahora más visible- intención de intervenir en próximos procesos electorales, que como el de su relevo en la gubernatura de la entidad, se aproxima para culminar el próximo año.

Ahora, bien, si su intención fue la de soslayadamente “destapar” la figura de LUIS VIDEGARAY como su posible relevo, para el Estado de México también representaría, sin duda, una mala premonición. Sin duda.

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