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PROGRAMAS SOCIALES CLIENTELARES

*Programas sociales clientelares
*Que opacan metas asistenciales
*Y excluyen grandes mayorías
*Pero benefician partidos y grupos
Luis Alberto Rodríguez

Si bien los llamados programas sociales, asistenciales en su esencia, difícilmente desaparecerán de las políticas públicas ante las enormes disparidades y rezagos que registran las sociedades, especialmente la mexicana, donde los niveles de pobreza y carencia afectan a mayorías crecientes, el manejo político, llámese clientelar, que de ellos hacen los gobiernos en turno, ha sido la constante que no solamente lastra la efectividad incluyente que impone la demanda, sino la credibilidad misma de tales gobiernos.

Amén de los enormes recursos públicos que absorben, la percepción probada de que tales programas se canalizan o preferentemente destinan a sectores identificados o afines a los gobiernos presentes o en búsqueda de sumarlos a las filas de sus partidos con evidentes fines electorales o de membresía, representa un estigma que finalmente deslegitima la función asistencial del Estado.

Bajo esa percepción transitan los diversos programas sociales que los gobiernos aplican con criterios un tanto paternalistas pero sin abatir el enfoque clientelar y por tanto excluyente que los anima.

No podrían de ello excluirse los programas que implementa el gobierno federal entrante que encabeza el Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, en especial el denominado “Jóvenes Construyendo el Futuro”; ni el que se erige como símbolo del actual gobierno del Estado de México que representa el gobernador ALFREDO DEL MAZO MAZA, el “Salario Rosa” que otorga a mujeres como “pago” a sus trabajos cotidianos en sus hogares.

Del primero de ellos, el federal dedicado a los jóvenes despectivamente llamados “ninis”, o sea que ni estudian ni trabajan y que por ello suelen caer en las tentaciones de los vicios o quedar en manos de la delincuencia, a los que se apoya con becas para incorporarse a empresas como aprendices de diversos oficios, y que en los primeros meses de operación, el programa suma ya 501 mil 559 aprendices inscritos.

Un informe presentado por la titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), LUISA MARÍA ALCALDE LUJÁN, detalla algunos de los resultados de las llamadas becas AMLO de capacitación:

La meta de Jóvenes Construyendo el Futuro para 2019 es atender a un millón de jóvenes de 18 a 29 años. La meta sexenal plantea atender a 2.3 millones de personas en la administración.

Se detalla que de los 501 mil 559 aprendices que iniciaron su capacitación, 378 mil 812 de ellos recibieron una beca por parte del Gobierno de México.  Cada uno de los aprendices recibe 3 mil 600 pesos mensuales a cambio de su capacitación. Del total de aprendices 58 por ciento son mujeres y 42 por ciento hombres.

Hay un promedio de incorporación de 10 mil 190 personas por día. Los datos arrojan que los jóvenes mayoritariamente inscritos tienen 23 años de edad y la mayoría cuentan con la preparatoria como nivel máximo de estudios.

Chiapas, Tabasco, Veracruz, Estado de México y Guerrero son los estados con más aprendices. El programa tiene una cobertura en 92 por ciento de los dos mil 457 municipios de México.

Existen alrededor de 320 mil vacantes que han sido verificadas y que cumplen con los requisitos para la incorporación de los aprendices a los centros laborales.

Más de 69 por ciento de los jóvenes están vinculados a empresas del sector privado, 23 por ciento más están como aprendices en instituciones públicas y el 8 por ciento restante en alguna organización social.

A pesar de esas cifras, el programa, junto con el de becas para estudiantes, mantiene el estigma de en el fondo ser utilizado como “gancho” para también incorporar por lo menos a medio millón de jóvenes al año a las filas del partido gobernante y así ampliar su todavía exigua base militante a más de tres millones de incondicionales. En el fondo se percibe esa intención y en pocos años podrá corroborarse si se analiza el padrón de militantes de MORENA, dicen.

Por otra parte, el programa “Salario Rosa” emblema del gobierno mexiquense de ALFREDO DEL MAZO, registró el año pasado, a un mes de la contienda electoral por ayuntamientos y diputaciones locales  de julio, que había ya ejercido más del 90 por ciento de los recursos previstos, junto con también la mitad del programa de seguridad alimentaria.

El Informe de la Aplicación de los Recursos y Evolución de los Programas Sociales a mayo de 2018, en el Estado de México además reporta el ejercicio de 25% del presupuesto para el programa Niñez Indígena; 18.67% para Personas Adultas Mayores y 1.21% para Alimentación Mexiquense.

En Salario Rosa, se especifica la entrega de 65 mil 45 apoyos -de los 111 mil contemplados para todo el año- y el ejercicio de 470 millones 268 mil 545 pesos, que representan 48.60% del total del presupuesto para 2018, establecido en 967 millones 589 mil 970 pesos.

Ese programa -que se traduce en el depósito de dos mil 400 pesos bimestrales a amas de casa con tres carencias sociales y que constituyó una promesa de campaña del gobernador ALFREDO DEL MAZO-, significaba un ejercicio de 29.60%; es decir, en un mes creció 20%, con el ingrediente que en su mayoría se destinan a mujeres que en diversos ámbitos apoyan a al partido gobernante en la entidad.

En el refrendo de Seguridad Alimentaria en la entidad mexiquense, también había ya rebasó la mitad del gasto total del año pasado: 52.82% que significan 227 millones 119 mil 479 pesos de los 429 millones 983 mil 484 presupuestados, que se tradujeron en la entrega de 664 mil 986 canastas alimentarias.

Tales datos revelan los enfoques claramente clientelares que se suelen aplicar a los programas sociales, que si bien benefician a sectores vulnerables, el objetivo de su distribución es claramente excluyente y por lo tanto antisocial. Se percibe.

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