Toluca, México, 16 de junio de 2018.- Las ideas legadas por los antiguos mexicanos son tan relevantes y profundas como las de cualquier filósofo de occidente, afirmó el académico de la Facultad de Humanidades, Víctor Manuel Hernández Torres, al dictar la conferencia magistral “Epifanía sapiencial. Filosofar en lenguas originarias”.
En el marco del Ciclo de Conferencias sobre el Quehacer de la Filosofía Mexicana y Latinoamericana, el experto manifestó que los códices, así como el Popol Vuh y otros textos prehispánicos, tienen puntos de convergencia con los evangelios, textos budistas o los mitos de Platón. “Hay coincidencias. Se trata de filosofías que hacen un llamado a la reflexión sobre las grandes preguntas del ser humano”.
En el Museo Universitario “Leopoldo Flores”, el especialista indicó que las ideas que dominan la filosofía y la historia ubican a los hombres indígenas en una situación marginal, en la del sujeto que no hace historia o participa de la alta cultura.
Su lugar, sostuvo Víctor Manuel Hernández Torres, es el del sujeto al que se estudia desde los conceptos formados por detractores o salvadores, es patrimonio intangible o museo vivo, “categorías infames, puesto que un museo vivo concede un lugar inerte y pasivo de conservación”.
Recordó la tesis doctoral del investigador Miguel León-Portilla, “La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes”, y destacó que este académico aprendió la lengua originaria, conoció las comunidades y, además, estudió los documentos originales, lo cual deben tomar en cuenta todos los alumnos que se dediquen a estudiar pueblos originarios.
Criticó la noción vigente de filosofía y aseveró que proviene de un pensamiento occidental. “Los objetivos de la filosofía moderna partieron después del Renacimiento y por ello, a los pueblos originarios no se les dio ese estatus”.
El término filosofía es sinónimo de sabiduría, es decir, liberación y desarrollo de las facultades que todo hombre posee, entre ellas, el conocimiento racional. No hay diferencia sustancial entre los hombres, sólo diferencias accidentales, como las culturales, idiomáticas o las de organización política, concluyó Víctor Manuel Hernández Torres.