080517 LAMENTABLE VIOLENCIA ELECTORAL

*Lamentable violencia electoral
*Que traslucen reciente hechos delictivos
*Y deben ser prontamente aclarados
*So pena de contribuir al descrédito electoral

Luis Alberto Rodríguez

Signos ominosos, sin duda, las muestras de violencia electoral que el pasado fin de semana se manifestaron en forma de un ataque armado contra las oficinas del Partido Revolucionario Institucional en el municipio de Nezahualcóyotl que arrojó como saldo sangriento la muerte de cinco personas, entre ellos tres policías municipales y el chofer de la legisladora priista MARISOL DÍAZ PÉREZ, quien repelió el ataque, por un lado.

Por otro lado, el asalto a parte del equipo de logística de la candidata del partido MORENA,  DELFINA GÓMEZ, , en Ecatepec, sobre la transitada vía Texcoco-Lechería, donde los atracadores robaron una camioneta para abandonar después a sus tres ocupantes en el municipio de Tecámac.

Entre otros hechos menores pero no menos preocupantes, los referidos actos de violencia con claros signos electorales no dejan sino la percepción de que el actual proceso que se despliega en el Estado de México para que la ciudadanía elija el 4 de junio a quien será el próximo gobernador de la entidad ha rebasado ya las formas propiamente políticas a las que deben ceñirse tanto partidos como candidatos dentro de los parámetros de una lucha estrictamente democrática y civilizada, para incursionar en los peligrosos meandros delincuenciales.

Aunque no se han deslindado aún los verdaderos motivos y responsables de los atentados, por su realización es claro que llevaban intenciones nefastas de desestabilizar no solamente a los partidos objetos de sus agresiones, sino al proceso electoral en su conjunto y con ello reducir los rangos de participación ciudadana en las urnas.

Actos de violencia electoral como tales, por su trascendencia, no pueden considerarse meros hechos delincuenciales aislados, sino desde su concepción entrañan la intención de dañar y afectar el desempeño de un partido o candidato al que se considera no solamente adversario político, sino en estos casos declarado enemigo de alguna o diferentes expresiones que pueden o no tener filiación partidista, pero que asumen tales actos violentos como hechos políticos.

Tan negativo enfoque delincuencial, aún si es perpetrado por alguno o algunos grupos supuestamente radicales de la sociedad –o peor aún si pertenecen a algún partido político-, en todo caso entrañan una intensión perturbadora y destructora del orden institucional en el que se enmarcan los procesos electorales como formas civilizadas y participativas para elegir los ciudadanos a sus autoridades, como en este proceso se trata del próximo gobernador del Estado de México.

Si bien en su momento ERNESTO NEMER ALVAREZ, coordinador de la campaña electoral del candidato priista a gobernador, ALFREDO DEL MAZO MAZA, tras dar cuenta a los medios de comunicación del hecho sangriento en Nezahualcóyotl y solidarizarse con los familiares de las víctimas, no dejó sin embargo de exigir a las autoridades del Estado investigar los hechos a fondo y a la brevedad identificar a los responsables.

Tal responsabilidad recae de manera insoslayable sobre el gobierno que ahora todavía encabeza el Gobernador ERUVIEL ÁVILA VILLEGAS, a través de la Fiscalía General del Estado y del pronto esclarecimiento de los hechos depende en gran medida el desarrollo del proceso electoral en marcha, en términos de una deseable y necesaria paz social.

De fallar el gobierno del Estado en el rápido esclarecimiento de los negativos hechos delictivos, estará también abonando a la creciente desconfianza y ausencia de credibilidad que manifiesta la ciudadanía mexiquense contra las instituciones en general y especialmente, contra las encargadas del proceso electoral en su conjunto.

Si bien la Fiscalía General de Justicia de la entidad, al dar cuenta de los acontecimientos del viernes pasado en Nezahualcóyotl se limitó a informar, entre otros hechos, que “Alrededor de las 10 horas al menos cuatro individuos ingresaron al inmueble, quienes presumiblemente intentaron despojar de sus pertenencias a las 10 personas que se encontraban en el interior, según testigos de los hechos”; hechos que como se relata derivaron en la muerte de cinco personas, hasta el momento no se ha precisado si además de las intenciones delictivas supuestas, el ataque fue también perpetrado con fines políticos o de desestabilización del proceso electoral.

Cabe presumir aún que el ataque a las oficinas del PRI, como el perpetrado con el equipo de campaña de la candidata de MORENA un día antes, tenían intenciones más allá que la comisión de actos meramente delictivos y que por ello pueden aún catalogarse como delitos posiblemente electorales.

Corresponde claramente a las autoridades de la Fiscalía general de Justicia y personalmente al Gobernador ERUVIEL ÁVILA VILLEGAS aclarar prontamente estos hechos y dar respuesta a la exigencia de distintos partidos políticos en cuanto a garantizar en todos los ámbitos la seguridad y adecuado desarrollo de los actos proselitistas de las campañas y de sus instalaciones.

De otra manera, el propio gobierno del Estado estará contribuyendo al descrédito y desconfianza ciudadana que desgraciadamente imperan en las instituciones y así ser responsable de una escasa participación de los votantes en las urnas, cuando bajo los signos ominosos que actualmente se presentan, el temor crecería en el sentido de que la violencia electoral se multiplicara el 4 de julio.

Qué lamentable¡

 

 

 

 

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