ALFREDO DEL MAZO: GOBERNADOR DE LAS MUJERES

*Alfredo Del Mazo: ¿Gobernador de las Mujeres?
*Hace realidad el prometido “salario rosa” a mujeres
*Aunque no basta para la integración social plena
*Ana Lilia Herrera pone orden en el Senado

Luis Alberto Rodríguez

Es claro que el mandatario mexiquense ALFREDO DEL MAZO MAZA está decidido a consolidarse como el “gobernador de las mujeres” como él mismo se ha proyectado, especialmente durante la distribución de los apoyos a ese importante género mediante el ya muy extendido programa que con su administración se puso en marcha que se conoce como “salario rosa” y que mediante tarjetas bancarias así llamadas se les asignan recursos económicos a mujeres necesitadas.

El llamado “salario rosa” fue una de las principales propuestas de ALFREDO DEL MAZO durante su campaña política tras la gubernatura que hoy encabeza y surgió del reconocimiento del enorme esfuerzo cotidiano que realizan la mayoría de las mujeres en mantener el orden y limpieza de los hogares, cuidar de la alimentación y educación de sus hijos y hasta atender a sus parejas, cuando las tienen, sin por ello recibir algún pago y con el agregado de que muchas de ellas además tienen que trabajar para obtener el sustento de sus familias.

Nada más cierto que la mayoría de las mujeres tienen que realizar esa “doble jornada” cotidianamente sin por ello recibir -hasta ahora- ningún reconocimiento de la sociedad y mucho menos de los gobiernos.

Ya por ese mero reconocimiento, ahora acompañado en el Estado por aportaciones gubernamentales en forma de ese mencionado “salario rosa”, merecería con mucho el mandatario mexiquense erguirse como el “gobernador de las mujeres”, sin menoscabo de que la cobertura de dichos apoyos sea paulatina y selectiva para aquellas féminas que, tras investigación de su situación individual, sean merecedoras de ello.

No podía ser de otra manera, si se considera que la mayor parte de la población del Estado de México está integrada por mujeres – según cifras del INEGI, en 2015 había registradas 8 millones 353 mil 540 mujeres, frente a 7 millones, 834 mil 068 hombres, con 16 millones, 187 mil 608 mil habitantes en ese año (ahora somos más de 17 millones 363 mil habitantes) -; la mayoría de ellas con esa doble función de trabajadoras y madres de familia.

Desconozco la cifra real de mujeres que tienen esa condición pero hay estimaciones que superan los tres millones de féminas que serían teóricamente merecedoras de esa llamado “salario rosa” por sus labores hasta ahora nunca pagadas de amas de casa y educadoras de sus hijos, lo que implicaría una cobertura presupuestal muy considerable para cualquier gobierno y en especial para el Estado de México: tan sólo por ese concepto, de extenderse la cobertura y a razón de unos mil pesos bimestrales -parece que en casos llega hasta dos mil- la erogación gubernamental podría llegar a cerca de los 3 mil millones de pesos BIMESTRALES, lo que en términos de presupuestos anuales desquiciaría toda economía. Imposible.

Pero bueno, ya el reconocimiento social y gubernamental de ese valioso esfuerzo adicional de las mujeres como ordenadoras de sus hogares y educadoras de sus hijos bien valdría la mención de ALFREDO DEL MAZO para convertirse en el “Gobernador de las Mujeres”. Pero no basta.

Para ello su gobierno deberá aún avanzar consistentemente en otros aspectos igual o más importantes para las mujeres, como lo es el de la violencia intrafamiliar que las aqueja o el de la seguridad pública que lograra que el Estado de México deje de ser la entidad con el mayor número de feminicidios del país; o asegurar el acceso universal a los servicios de salud y también a los de educación y su respeto en los ámbitos laborales, entre otros.

De manera que no tan sólo con la propagación selectiva de “tarjetas rosas” en las diferentes regiones de la entidad logrará el gobernador erigirse como el de las mujeres, si no va acompañada esta acción con una visión integral y políticas públicas consistentes en favor de la integración social y económica de las mujeres.

Más también el gobernador deberá hacer esfuerzos por la integración cultural de las mujeres al todo social, especialmente para disminuir esa percepción de enfrentamiento y competencia permanente con su género complementario, como somos los hombres, y acceder al reconocimiento de que la sociedad la integramos todos en conjunto, tanto hombres como mujeres.

Para ello se requiere una revolución educativa muy amplia que trascienda los ámbitos escolares o académicos, para insertarse hasta los mismos hogares ampliarse en los medios de comunicación masiva y sobre todo, encaminada a resarcir los valores tradicionales y trascendentes de las familias, de la familia, como núcleo esencial de la sociedad, que por desgracia se han perdido en gran medida.

Para que ALFREDO DEL MAZO llegue a elevarse como el gobernador de las mujeres, deberá también erigirse como el gobernador de las familias, de la familia mexiquense, más allá de la suya propia y desde luego más allá de cualquier concepción fragmentaria o dualista de nuestra sociedad. Solamente.

Esa definición más amplia de su pretensión, me parece que esta misma mañana deberá ser por lo menos bocetada en su esperada intervención durante la anunciada firma del “Pacto: Mujeres fuertes, acciones firmes” que encabezará en el Salón del Pueblo del Palacio del Poder Ejecutivo que encabeza. Esperamos.

ENTRETELONES

Y ya que se habla de mujeres, habrá que reconocer la actuación de la Senadora ANA LILIA HERRERA ANZALDO, actual presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores de la República, en la posible reconciliación de las fuerzas políticas allí representadas y recientemente enfrentadas por factores relacionados a la actual lucha electoral por la Presidencia de la República. Fue contundente la Senadora mexiquense al dejar en claro que “No vamos a permitir que el proceso electoral secuestre al proceso legislativo”. Que así sea.

 

 

 

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