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RISGOSO RETORNO A LA «NUEVA NORMALIDAD»

ORDENADOR POLITICO 010620

*Riesgoso retorno a la “nueva normalidad”
*Que pone en riesgo la salud de mexicanos
*Mientras López Obrador vuelve a sus giras
*Para reafianzar sus controles políticos

Luis Alberto Rodríguez

Tal parece que el pretendido retorno a la “nueva normalidad” que anticipa el gobierno federal que encabeza el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR no dará inicio, del todo, a partir de este lunes, a pesar de que el mandatario reinició, por su parte, sus giras por el país, al dar el banderazo de salida a varias de sus obras emblemáticas, como el cuestionado Tren Maya, y otras, en el sureste mexicano.

Es comprensible que el gobierno de LÓPEZ OBRADOR esté urgido del retorno a las actividades económicas, no sólo por los estragos que la inmovilización obligada por la pandemia del COVID-19 así lo impuso, sino también por las presiones del gobierno estadunidense de DONALD TRUMP en ese sentido y que obligó al mexicano a reabrir las actividades de la minería, la construcción y la industria automotriz un tanto apresuradamente, aún cuando la mayor intensidad de los contagios de esa enfermedad aún no hayan llegado  a sus picos más elevados.

Pero, como muchos vaticinan, tal apresuramiento entraña el riesgo de un rebrote desmesurado de los contagios, que incluso pueda obligar a un nuevo periodo de confinamiento y de “sana distancia”, como las que las autoridades de salud habían ya establecido para contrarrestar la pandemia y aún con el esquema de un pretendido SEMÁFORO de alerta epidemiológica para medir o anticipar distintas graduaciones del mismo riesgo, que desde luego no podría definirse desde el centro para todo el territorio del país, con sus diferentes regiones y condiciones diversas.

Y tan no es remoto dicho riesgo, que ya varias entidades de la República, incluido el Estado de México, han determinado posponer ese abierto retorno a las actividades “normales” y mantienen alertas en rojo ante el posible rebrote de los contagios o su agudización e inclusive un grupo de mandatarios de los estados se han unido para rechazar las supuestas directrices sanitarias del pretendido semáforo del gobierno federal.

Ilustrativa de ello es la postura esgrimida por el gobernador mexiquense, ALFREDO DEL MAZO MAZA, quien decidió que los 125 municipios de la entidad se mantendrán “en rojo” esta semana, por lo que no habrá regreso a la “nueva normalidad” este lunes 1 de junio.

En su mensaje reciente, el gobernador DEL MAZO alertó que “la entidad atraviesa por la etapa más activa de contagio del coronavirus SARS-CoV-2, por lo que llamó a quedarse en casa y reforzar las medidas de prevención sanitaria como el uso de cubrebocas, lavado constante de manos con agua y jabón, gel antibacterial, y, sobre todo, conservar la sana distancia”.

DEL MAZO MAZA precisó que la Secretaría de Salud federal informó que Estado de México sigue en semáforo en rojo, “lo que representa que nos encontramos en la etapa de riesgo máximo”; lo que significa que todavía estamos en la etapa de máximo riesgo de contagio y aún no se puede regresar a las actividades.

«Durante la siguiente semana, todo el Estado de México se mantiene en semáforo rojo, esto significa seguir haciendo el mayor esfuerzo posible por quedarse en casa, y seguir manteniendo las medidas de higiene y de sana distancia», informó.

Señaló que por la movilidad, la gran actividad económica y por su población, el estado fue dividido en cuatro regiones: Sur, Norte, Valle de México y Valle de Toluca, y cada zona irá avanzando de manera distinta, según la disminución de contagios, de enfermos u hospitalizados, y garantizó que se informará puntualmente en qué fase de alerta se encuentra la entidad.

«Cada semana se dará a conocer el color del semáforo en el cual nos encontramos como estado y también iremos dando a conocer las actividades que podrán irse retomando», anticipó.

Si eso sucede en el Estado de México, que junto con la ciudad de México representa uno de los epicentros más preocupantes de la pandemia, otro tanto puede reproducirse, en diferentes graduaciones en los restantes estados de la República y sus distintas regiones, por lo que en última instancia, será la responsabilidad de los gobiernos locales la que en definitiva asuma y enfrente las condiciones del riesgo en tales niveles.

Por ello resulta doblemente apresurado el intento del gobierno federal de impulsar, con su ejemplo, el retorno a esa idílica “nueva normalidad” que de imponerse a pesar de los riesgos de la pandemia, podría tornarse en “nueva morbilidad” de consecuencias negativas inconmensurables.

Es explicable, también, que al presidente le apremie la urgencia de retoma los controles de los grupos afines a su proyecto que se encuentran dispersos por la geografía nacional y en los que cifra en mucho el éxito o fracaso de la pretendida “Cuarta Transformación” que se propone, que estaría incompleta con la simple aprobación de las leyes y reformas que la enmarquen, si no se traduce en movilizaciones y avances que le aseguren no sólo su justificación social, sino la conquista de los espacios electorales que por lo pronto estarán en juego con las elecciones del próximo y cuya refriega en términos políticos ya se manifiesta.

Pero una cosa es que esa urgencia de retomar sus controles políticos regionales le impela al presidente inclusive a correr los riesgos personales de un indeseable contagio y así retorne a sus giras por el país, y otra es que sugiera e impulse medidas que como el retorno a lo que llama “nueva normalidad”, pongan en riesgo la salud de muchos mexicanos. Es otra cosa.

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